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Esta sinagoga llevaba más de 30 años cerrada debido a que los Judíos no querían venderle el templo a ninguna iglesia o congregación que no adorara en Sábado, día de reposo y se enteraron que los interesados en comprar eran Adventistas que adoraban en Sábado, y esto permitió que se iniciaran las negociaciones. Después que se compró, tenían la intención de que no se adorara por un periodo de cinco años. Sin embargo, unos de los Rabinos no lo permitió e intervino ya que un adventista le había hecho un favor y esa fue su manera de devolver el favor y ser agradecido. Por intervención Divina, no se interrumpió la adoración.
Hoy el templo está completamente pago y se compone de más de 200 miembros activos.
Por Gisela Martínez y Doris Bautista